miércoles, febrero 01, 2012

Viajando en bus (3) - Chile: desierto y orden

Tras cruzar la frontera tenemos ante nosotros el control de inmigraciones de Chile (adelantamos la hora en una). No podemos ingresar productos vegetales ni lácteos frescos, entre otros. Pasando dicho control subimos al bus para ir hacia Arica, adonde llegamos a la hora del almuerzo. Éste lo tomamos de forma más o menos rápida en un supermercado. Varios pedimos combos-de-hot-dogs (en Chile les ponen crema de palta en su presentación). Otros se surten de galletas, bocaditos, embutidos, refrescos, agua y dulces. Luego de la estadía en el supermercado subimos nuevamente al bus para visitar el Morro. Desde ahí se tiene una espléndida vista de la ciudad y su puerto. Otra vez al bus: esta vez rumbo a Antofagasta.

Comida rápida en supermercado de Arica

Tras un viaje largo y monótono sobre puro desierto llegamos a eso de las 2 de la mañana a destino. Toda la ciudad duerme. Arribamos a un bonito hotel llamado Alto del Sol, donde el encargado de recepción se hace bolas asignándonos las habitaciones. La mayoría de compañeros de viaje consideran éste como uno de los mejores hoteles que nos tocó conocer en el periplo. Tras el buen desayuno buffet (del que encarga una peruana) salimos a nuestra excursión por la ciudad. El guía nos dice que en ella nunca llueve; una planta desalinizadora surte de agua a Antofagasta. Por lo demás es una ciudad ordenada. Como atracciones principales de la localidad visitamos los exteriores de la fundición de metales de Huanchaca, el mercado de abastos (donde almorzamos) y la Portada. Algunas decenas de kilómetros -rumbo a Santiago- encontramos en pleno desierto una gigantesca escultura llamada la Mano del Desierto. Después de dos horas más de camino llegamos a una tienda-restaurante ubicada en medio de la nada (como para comprar algo para tomar). Dos motos Harley Davisson están también estacionadas en el sitio (éstas con sus pilotos brasileños despiertan el estusiasmo de las chicas que se toman algunas fotos). Después de un par de horas más de viaje es hora de cenar; lo hacemos en uno de los restaurantes (agrupados) que están a la vera de la carretera en Copiapó. Seguimos. Pasaremos la noche viajando. A eso de las 8:30 de la mañana llegamos a un grifo-tienda para tomar desayuno (me sorprende ver botellas de cerveza de un litro de todas las marcas en un congelador). Finalmente, a golpe de las 11 de la mañana estamos llegando a Santiago.

La Mano del Desierto

Impresiones inmediatas: orden y limpieza. Luego tener un vistazo de la ciudad desde el autopista salimos por la rampa que corresponde para dirigirnos hacia el centro donde está el hotel donde estaremos dos noches. Se trata del hotel Panamericano. Ya instalados doy un paseo rápido por una de las calles centrales que luce bella con el verde que le da su gran cantidad de árboles. Para el almuerzo me inclino esta vez por la comida china (buen plato: carne mongoliana); lo que me sorprende es que el wantan lo presentan solo, sin salsa. Luego del almuerzo recorremos la ciudad en el bus con un guía. Nos lleva al centro de la ciudad y a cierto barrio caro de la periferia. Más tarde tenemos oportunidad de subir al buen metro de la ciudad para ir al barrio Bellavista, lugar donde se localizan muchos bares simpáticos. Los hay baratos y sofisticados (entre estos últimos descubro uno que vende comida peruana, localizado en un centro-comercial al estilo de Larcomar pero donde sólo hay bares, pubs y restaurantes).

Bares en Bellavista, Santiago

Al día siguiente, después del desayuno en el hotel, iremos de excursión a Valparaíso y Viña del Mar. El primero un puerto antiguo de identificación popular y el segundo un balneario de identificación cosmopolita moderno. El recorrido en Valparaíso es muy interesante porque gran parte de las viviendas están recostadas en los cerros y los caminos son curvos y algo laberínticos. Todo por acá se ve muy tradicional. Hay sectores levantados por diferentes colonias europeas y muchas de las viviendas se conservan desde que se construyeron. En Valparaíso visitamos la casa museo de Pablo Neruda.

Valparaíso

Viña del Mar es el famoso balneario donde está la Quinta Vergara. En esta gran estancia se localiza el famoso auditorio que es sede anual del famoso festival musical. En Viña del Mar están también sus atrayentes playas. Es ciertamente una ciudad cara, como uno se imagina al ver sus grandes edificios.

Viña del Mar

De regreso a Santiago llegamos a la zona del mercado central donde hay varios restaurantes. Nosotros entramos a uno muy bueno llamado El Galeón donde saboreé un excelente plato de pescados y mariscos sometido al horno, éste acompañado -por supuesto- con una copa de vino chileno. Después del almuerzo damos unas vueltas por la ciudad. El día lo finalizamos en una pizzería cerca al hotel (justo estaban transmitiendo el partido donde U de Chile le metió cuatro goles a los brasileños del Flamengo).

A la mañana siguiente dejamos Santiago para llegar a la frontera con Argentina a eso del mediodía luego de haber alcanzado la zona de nieve, donde bajamos un momento para recorrer los alrededores del control fronterizo chileno. Tras esto subimos al bus para cruzar el Túnel Trasandino e ingresar a territorio argentino.


Control fronterizo de Chile (con Argentina)
{Continuará el periplo}

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Julio Cesar dijo...

Manteniendo el espíritu democrático incluyo el comentario publicado por Anónimo el 2/2/12 12:01pm, editado por incluir insultos:

"
oye ***...seguro que eres otro indio muerto de hambre que viaja allá.

sigue trapeando el piso *** y no alucines weon.
"