viernes, enero 06, 2012

Viajando en bus (2) - Perú (salida): dunas y camarones

El día 14 de octubre de 2011 se dio inicio al periplo Suramérica en Bus. El punto de encuentro fue el hotel en Miraflores donde estaban alojados muchos de los turistas que participarían en la excursión. El grupo constaba de 17 colombianos, 2 ecuatorianos, 1 salvadoreña, 3 peruanos (a los que se sumarían 2 más en Tacna), el director del tour y 3 choferes (uno de los cuales hacía también el papel de anfitrión).

Partimos de Lima aproximadamente a las 8 de la mañana rumbo a Ica saliendo por la Costa Verde (hasta Chorrillos-Huaylas-Panamericana Sur). En Ica ya alrededor del mediodía fuimos a una bodega de piscos-vinos para el recorrido respectivo (y el entusiasmo respectivo de varios compañeros de viaje que compraron algunas botellas). Terminada esta visita enrumbamos a la Laguna de la Huacachina para almorzar. Ya luego vino el paseo de unos 45 minutos en los carros areneros del que todos salimos satisfechos. La pericia de los pilotos es digna de resaltar porque saben profesionalmente cómo subir, bajar, tomar las curvas y manejan cierta información técnica como la presión necesaria de las llantas y la potencia del motor.

Carro arenero en las dunas de Ica

Finalizada la estadía en la ciudad de Ica enrumbamos hacia Nazca parando cerca a las 6 de la tarde en el Mirador (de las Líneas de Nazca) ubicado en el Distrito de El Ingenio, al borde de la carretera. Ya de noche llegamos al hotel para nuestra respectiva instalación. Salimos a dar una breve vuelta por la ciudad hasta la Plaza de Armas y después terminamos en el restaurante El Portón donde un grupo musical amenizaba la cena con música andina (pienso yo que debió haber un grupo de música negra). Al día siguiente un simpático desayuno nos esperaba en el ambiente semiabierto del restaurante del hotel.

Mirador de las Líneas de Nazca

Cargadas nuestras maletas en el ómnibus emprendimos viaje a Tacna. En el camino paramos para dar un vistazo a la falla de Nazca, impresionante paisaje que me haría imaginar la tantas veces mencionada falla de San Andrés en California. Llegamos a Chala alrededor de las 9:30 de la mañana e hicimos una breve parada para ver el bello color del mar y tomar unas fotos así como usar los baños de un hotel grande. Siguiendo nuestro camino arribamos a Camaná alrededor de la 1:30 listos para almorzar (sorprendentemente en un restaurante norteño -no recuerdo bien si trujillano o chiclayano-). Pero, como era menester, hizo su aparición el chupe de camarones en el almuerzo. Además varias Inca Kolas y una que otra cerveza Arequipeña adornaron la ocasión, siendo del agrado de los turistas extranjeros.

Falla de Nazca
Chala
Chupe de camarones

Saliendo ya de la ciudad de Camaná tuvimos que enfrentar una parada forzada debido a una falla en el bus. El vehículo era un Mercedes Benz de tan sólo poco más de 4500 kilómetros de recorrido, es decir casi nuevo. Pero así pasa cuando sucede, uno de los tantos sistemas que maneja tremendo ómnibus no estaba trabajando correctamente. Dado que el bus estaba en garantía nuestro chofer principal pidió autorización a la Mercedes Benz del Perú para proceder a la revisión. Con la autorización dada telefónicamente entonces procedió al desmontaje necesario, ayudado por un par de mecánicos llegados desde el centro de Camaná. Mientras tanto, con el grupo esperábamos en el hotel cercano Las Cabañas (que por cierto nos dicen tiene gran actividad en épocas de vacaciones) viendo un poco de televisión y conversando. Al cabo de aproximadamente 7 horas y tras las pruebas necesarias el bus ya operativo nos abría sus puertas para continuar el viaje con rumbo al sur.

Bus en revisión por avería

A golpe de las 10:30 de la noche nos tomábamos un café y un sánguche (o galletas) en la zona de Majes (además me compré una botella de yogurt), en uno de los grifos principales que hay en el camino, antes de llegar definitivamente a Tacna muy tarde, en la madrugada. Procedimos a instalarnos en el hotel Emperador para un buen descanso. Horas después, tras el desordenado desayuno (en este hotel nos servían a la mesa el desayuno continental pero el personal no se daba abasto) y luego de cambiar moneda (compramos pesos chilenos) estábamos listos para llegar a la frontera. Alrededor de las 10:30 de la mañana y luego de pasar el trámite de migración en el puesto fronterizo de Santa Rosa salíamos del Perú ingresando a Chile.

Complejo fronterizo Santa Rosa


AQUI CONTINÚA LA CRÓNICA

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