domingo, febrero 13, 2011

Día de los enamorados y el comercio

Hasta donde recuerdo el 14 de febrero era el día de los enamorados solamente. En estos últimos años sin embargo se le agregó también el tema de la amistad. Supongo que debe haber sido una movida del comercio para tener más masa mensa que salga como borregos descarriados a celebrar tan artificial celebración.

Pero, yo mismo años atrás también caí en esas tonterías de comprar un peluchito (no llegué al extremo de regalar esos muñecos que dicen "Te amo") y quizás una de esas florcitas commodity que venden en la calle esos vendedores que se ven permanentemente rondando sitios como La calle de las pizzas.

Una de las celebraciones me llevó a La granja azul, que previamente me hizo extraviarme por el pueblo de Santa Clara. Ya en el restaurante disfrutamos de unos tragos que servían en una especie de floreros y del baile correspondiente de la ocasión. Memorable día de años noventa y tantos.

Otra de las celebraciones me hizo llegar más de dos horas tarde a destino, atorado por el tráfico infernal en el que estaba sumida Lima. Era peor que la semana de la Navidad. Y todo por ir a comprar un muñeco a la extinta tienda Hogar. Superado el reclamo por mi demora (que parecía esconder una visita a una suplente) fui regalado con la cena más original y delicada que uno podía tener: un platillo que tenía como ingredientes pétalos de rosa (inspiración que provenía de la película Como agua para chocolate -a mi parecer-). Bello recuerdo.

En otra oportunidad, no teniendo nada planeado, una compañera de trabajo -compañera de salidas-, que podía ser la protagonista de la canción 40 y 2036 y 18) me lanzó la clásica pregunta indirecta "¿Qué planes tienes para hoy?". Me gustaba su decisión: no necesitaba esperar invitaciones, ella sabía lo que quería. Gratos recuerdos de tan femenina chica de bello carácter y de un talento que causaba gran sensación.

Para los que aún celebran esta fecha les recomiendo que no regalen chocolates (¿a quién le provoca un chocolate en febrero en Lima si no es helado?) ni peluches adefesieros ni florecillas tontas (que ¡oh sorpresa! a muchas chicas no les gustan). A la mujer regálenle un pisco ó un cupón de Groupon. Al final si no le gusta lo pueden usar ustedes. Y chicas, si van a un hotel, paguen ustedes esta vez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nada elegante su artículo.