martes, mayo 08, 2007

La oficina

Quizá la oficina sea el lugar que ejemplifica mejor el comportamiento a nivel social. Parece que la oficina básicamente crea "compañeros de trabajo" y no amigos. A pesar de que compañero suene a persona con la que se confraterniza, en las organizaciones hay muchos compañeros de trabajo que son identificados como enemigos o simplemente como seres antipáticos. Pero para que la situación sea llevadera una buena dosis de hipocresía es necesaria para mantener la marcha de la organización. ¿Quién no ha visto saludar efusivamente al colega o al jefe al adulón-arribista siempre presente en todo equipo de cierto tamaño? Fuera ya de la "imagen pública" este franelero-súper-hipócrita se rompe en rajes a la persona que tan bien trata en presencia de otros. ¿Y qué hay de salvar el pellejo cuando se le detecta un problema que pone en la cuerda floja a alguien? Muy probablemente éste piense en una estrategia para salvarse aunque hunda en el fango a otro, aún cuando pueda que lo llame "su amigo". Pero en los problemas rutinarios uno "nunca tuvo la culpa": fue ótro u otra cosa lo que provocó el error o la negligencia. Cuando el error sea flagrante debe ser muy delicioso decirle al antipático gerente "lo estamos haciendo como lo pensamos en el Área, para solucionar el ERROR QUE USTED COMETIÓ". Así se le puede bajar los humos al abusivo o al incompetente. ¿Se han dado cuenta cómo se pone el personal de tenso cuando un directivo de rango superior los acompaña en una ceremonia o celebración? Cuando el tipo se retira vuelve la chacota... la misma monserga clásica de siempre que es agarrar de punto a alguno... y volver siempre con las mismas frases trilladas y risitas. Qué aburrido. Repetipuá continuo. Siempre igual para los cumples', siempre igual para el Día de la Madre, siempre igual para Fin de Año. Siempre igual.

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