lunes, marzo 18, 2013

Procesando la primera etapa de la revocatoria

Los resultados parciales que han arrojado las encuestadoras y ONPE van indicando que tendríamos que asistir a una segunda votación en el segundo semestre de este año, tan sólo para elegir regidores. Tal es la situación, calificada de absurda por muchos analistas políticos y electores comunes y corrientes.

Se ha generado al parecer una de las situaciones no contempladas en detalle cuando se diseñó esta ley, mejor dicho, ya en el terreno se están presentando escenarios que no ayudan a la profundización democrática, sino todo lo contrario. Pero todo este tema aparentemente ha de generar un debate intenso para las modificaciones correspondientes.


Mientras tanto, todos hablan de los ganadores y los perdedores. Prácticamente hay consenso en que la ganadora principal es Lourdes Flores, y junto con ella el PPC. Con una elegancia que me recuerda a la costumbre que inició Gastón Acurio al presentar restaurantes que no eran los suyos, Lourdes apoyó decididamente la causa de la defensa institucional de la alcaldía limeña, aún cuando la que ejerce el poder es nada menos que su última rival en elecciones, que para colmo está al otro lado del espectro político. Conjuntamente con Lourdes los regidores pepecistas se han fajado sin pausa para defender el gobierno de Susana Villarán. De forma inédita (o por lo menos inusual) la centroderecha se ha aliado con la centroizquierda+izquierda para sacar adelante la actual gestión. Esta alianza implícita ha causado por supuesto las iras de la derecha bruta y achorada que, para variar, no le perdona a nadie que dialogue con otro sector que no sea DBA. Veamos sinó la portada canalla de un vocero del sector más derechista del país (para mi es un misterio el modo en el que subsiste un diario como éste):


El hecho de mostrar un titular como éste es sólo anecdótico puesto que la asociación con los terroristas ha sido por mucho tiempo una estrategia vil que usaron grupos derechistas achorados en el Perú para eliminar enemigos políticos de la competencia. A estas alturas, luego de innumerables campañas donde a un rival se le calumniaba de ser pro-senderista, la estrategia ha dejado de tener algún efecto. Por eso en los distritos más acomodados de la capital -a pesar del uso de la sucia propaganda asociativa Coalición-Fuerza Social con Sendero- el No a la Revocatoria se ha impuesto holgadamente.

Además del PPC otros partidos políticos como Perú Posible, Somos Perú, Acción Popular y Alianza para el Progreso también han ganado puntos en la imagen con la ciudadanía al ser percibidos como cnstructores de institucionalidad.

Dentro del grupo de regidores de Fuerza Social, aún cuando sean revocados, han saltado a la vitrina interesantes revelaciones jóvenes, que con toda seguridad tendrán protagonismo en un futuro muy próximo. Probablemente Susana Villarán los llame inclusive para ciertos puestos ejecutivos.

En el otro lado, sin duda, el perdedor absoluto es ese oscuro grupo llamado Solidaridad Nacional, tal vez la "mejor" muestra de lo que es la derecha bruta y achorada de este país. Percibidos como angurrientos, generadores de odio, arribistas, cucufatos, hipócritas y otros calificativos por el estilo, este partido en el extremo derecho del espectro no maneja exactamente una ideología sino una atracción desmedida por las obras de cemento. El líder de esta agrupación, Luis Castañeda, según lo que se aprecia en las redes sociales, tiene una imagen absolutamente deteriorada, marcada inexorablemente por el caso Comunicore. Según algunos analistas esto le impidió -por cálculo político- salir en apoyo abierto al Sí de la revocatoria. Uno de los comentarios más duros encontrados es el que dice que está muerto socialmente.

El otro partido político apoyador de la revocatoria, el Apra, asociado históricamente con complots contra la democracia, es también perdedor en esta lid. Derechizado extremadamente en el último gobierno de García es percibido como socio ideal de Solidaridad Nacional. Los voceros apristas aparecen como condenados a seguir las directivas de su líder puesto que sin éste son una fuerza sin norte y con nulas posibilidades de arrastre.

La fiesta, mejor dicho, el malestar producido por la revocatoria en Lima no ha terminado y lamentablemente estamos condenados a una segunda etapa, que seguirá manteniendo el circo por varios meses en los medios de comunicación.

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