viernes, septiembre 09, 2011

Mis dibujos animados (I)

Sin lugar a dudas viví los dibujos animados más inolvidables de todos los tiempos: desde Felix el Gato hasta los adultos La Familia Simpson y Southpark.

Cuando estaba en kindergarten y regresaba a casa a almorzar me tocaba ver por televisión a Felix el Gato en blanco y negro. Lo emocionante de esa serie era ver los inventos de Poindexter en su laboratorio y los usos de la bolsa mágica de Felix. Este siempre vivía perseguido por el siniestro Profesor y su asistente Rock Bottom.



Otro de los dibujos de los que me acuerdo de siempre son Los Picapiedras, que en algún momento eran emitidos los sábados en la noche. Prácticamente toda mi niñez estuvieron acompañadas por el tono realista de Los Picapiedra y los Marmol. El mal humor de Pedro y la lealtad de Pablo son sentimientos distintivos de estos personajes.



Don Gato y su pandilla es otro de los clásicos que uno no se podía perder, con los coprotagonistas Demóstenes, Espanto, Panza, Cucho y Benito y el oficial Matute. Don Gato y su pandilla vivían en un callejón en Manhattan del cual Matute quería echar.



Otro grupo de dibujos animados provenian de Warner Brothers: dentro de estos estaban Bugs Bunny, el Pato Lucas, Porky, Silvestre & Piolín y la Abuelita y mi archifavorito El Coyote y el Correcaminos.

De Bugs Bunny me quedó la imagen de permanente despreocupación. Llegué a usar eventualmente su frase "¿Qué hay de nuevo viejo?". Del Pato Lucas rescato su intenso fanfarroneo y adulación-a-conveniencia-de-las-situaciones. Porky no me significó mayores observaciones pero me quedó para siempre su cancioncilla "Porky, Porky nuestro rey" que era usada en uno de los cortos donde era el protagonista ("Porky y sus amigos"). En el trío de Silvestre por supuesto que éste era mi personaje favorito: su obsesión enfermiza por comerse a Piolín lo lleva a enfrentarse a muchísimas situaciones terribles. Por ejemplo recuerdo la vez en la que se le pegó la mano a una hornilla de la cocina y tuvo que buscar desesperadamente una espátula con la otra mano para despegarla. Otra graciosísima sucedió cuando Piolín (inspirado en Jekill & Mr.Hide, luego de una pócima) se volvió gigante y en una de las aperturas de puertas Silvestre lo ve cara a cara: éste se desmorona a pedazos por el miedo. En cuanto a El coyote y el correcaminos, dado que es mi favorito de favoritos, le dedicaré texto en los siguientes párrafos.

Revisando mi simpatía por El Coyote me autoanalizo encontrando que admiro sobremanera la obstinación con la que este personaje transita para alcanzar sus fines (atrapar a El Correcaminos). Capítulo tras capítulo observamos a El coyote luchar denodadamente buscando todas las formas posibles para atrapar a su enemigo. Aparte de los personajes, la serie tiene la característica única de incorporar la marca ficticia Acme y ciertas narraciones en off. Todo un tratado completo sobre esta serie lo podemos encontrar en Wikipedia, de donde extraigo estos detalles deliciosos:

Los cortos de la serie tienen un planteamiento muy sencillo: el Correcaminos, un pájaro velocísimo (basado en un animal real, el ave Geococcyx californianus, en inglés “greater roadrunner”) es perseguido por las carreteras del desierto del sudoeste de Estados Unidos por el hambriento Willy E Coyote (Conocido simplemente como "El Coyote"). A pesar de sus numerosas e ingeniosas tentativas, el Coyote no consigue nunca capturar o matar al Correcaminos. Muy al contrario, todas sus elaboradas tácticas terminan por perjudicarle a él, convertido en la víctima de la exageradísima (e inocua) violencia de la serie.

Curiosamente, es el Coyote el personaje que despierta las simpatías de la audiencia, a pesar de ser siempre el agresor, a causa de sus continuamente inútiles esfuerzos por capturar al Correcaminos. Éste carece prácticamente de personalidad, siendo más bien el objeto inalcanzable del deseo del Coyote que un personaje propiamente dicho.

Típicamente al inicio de cada corto, durante una secuencia de persecución, la escena es detenida para mostrar al público el aparente nombre científico o nomenclatura binomial del Correcaminos y del Coyote, usualmente dando énfasis en la velocidad del primero y en lo hambriento del segundo. Estos nombres cambian de capítulo a capítulo; tenemos por ejemplo: Accelerati Incredibilus (para el Correcaminos) y Carnivorous Vulgaris (para El Coyote).

El Coyote frecuentemente obtiene dispositivos lúdicos y complejos de una compañía de envíos por correo, la corporación ficticia Acme, con los cuales espera que le ayuden a capturar al Correcaminos. Los dispositivos indefectiblemente se vuelven contra él de una manera improbable y espectacular, siendo resultado de errores de operación o mercancía defectuosa. El Coyote por lo general termina quemado, aplastado, o en el fondo de un cañón.

Como en otros dibujos animados, el Correcaminos y el Coyote siguen las leyes físicas de los dibujos animados. Por ejemplo, el Correcaminos tenía la habilidad de entrar en una cueva pintada, mientras que el coyote no podía (a menos que hubiera una apertura a través de la cual pudiera caer). Algunas veces al coyote se le permitía permanecer suspendido en el aire hasta que se da cuenta que va a caer en picado hacia un abismo. El Coyote podía adelantar a las rocas, cayendo antes que ellas lo hicieran, y que terminaban cayéndole encima.



BONUS: Otra pareja creada por Warner Brothers fue el Lobo (Ralph) y el Perro pastor (Sam). El Lobo tiene casi el mismo trazo que el Coyote excepto que el Lobo tiene la nariz roja (mientras el Coyote, negra). Esta pareja protagonizó -para el que escribe- una de las escenas más absurdas ó ilógicas -y por tanto fabulosas- de la historia de los dibujos animados: sucesivamente el Lobo y su presa se van quitando sus disfraces (quedando en un momento la oveja como perro y el lobo como oveja). Esto hay que verlo:

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