domingo, agosto 28, 2011

Una cosa lleva a la otra

Este post es un ejercicio libre de domingo. Está inspirado en la frase que usa (o usó) Nescafé: "Una cosa lleva a la otra". Es como cuando en un grupo se comienza conversando del meteorito que cayó en Cusco y se termina hablando de que en los baños ya no se usa bidet.

Arranquemos con el diario del domingo. Antes cuando a eso de las 11:30 me acercaba a comprar el periódico podía darme con la sorpresa de que ya se había acabado El Comercio. Sin embargo, últimamente veo que a esa hora quedan aún varios ejemplares. Tal parece que el avance de Internet está haciendo sufrir a los periódicos de papel. Tal vez para contrarrestar la caída del tiraje impreso diarios como El Comercio están apostando por noticias o notas más ligeritas en la web y es así que ahora están a la expectativa de las calaterías de las modelos más famosas del mundo.

Hablando de modelos, el otro día un amigo publicó en una red social un video que mostraba las tonterías que suelen responder las candidatas de los concursos de belleza. Parece una competencia para ver quién responde más absurdamente.

Los concursos de belleza en el Perú, muy aparte del tópico intelectual, aún siguen siendo grotescas y falsas competencias. Todo comienza cuando aparece en el concurso una rubia ojiverde representando a Puno o una samborjina representando a Amazonas. ¿Por qué no poner una serrana ayacuchana representando a Ayacucho o una coqueta loretana participando por Loreto? ¿Hasta cuándo se seguirá haciendo el ridículo en el "País de todas las sangres"?

La encantadora Magaly Solier, una ayacuchana que dice las cosas sin rodeos, el otro día en una red social manifestaba su molestia porque La República publicó unas críticas negativas a la película Amador que ella protagonizó. Creo que debería tener en cuenta que no a todo el mundo le va a gustar las películas en las que actúa.

El problema de muchas de las películas peruanas es que se sumergen en un mundo excesivamente reflexivo y usualmente en los terrenos de la miseria. Me parece que debería abordarse más el devenir de la clase media (que teóricamente crece en importancia debido al crecimiento económico). Más arriba en la escala económico-social, Josué Méndez con "Dioses" (emitida recientemente por el canal estatal) hizo un buen ejercicio -y audaz-. Fue audaz porque hizo una ficción de un pre-incesto en la clase alta limeña (algo que por cierto creo extremadamente infrecuente a pesar de los que se quieren ganar aplausos en los sectores populares suelen decir "en todos los sectores eso pasa").

Esto del incesto me hizo comentar con una amiga el segundo caso en Austria de un anciano que durante años abusó sexualmente de sus hijas. Le pregunto a mi amiga por qué esto siempre pasa en los padres (hombres) con sus hijas (mujeres) y no en las madres con sus hijos (hombres). Me da una respuesta inmediata: "Es que nosotros los hemos llevado en el vientre por nueve meses". Interesante. Aunque muchos dicen que las mamás tratan con guantes de seda a sus hijos varones.

En el programa Química Pura trataron el tema "mamitis" respecto de los hijos hombres casados. Se mencionó que muchas veces hay hombres que están sorteando reclamos de dos lados: de la esposa y de la madre. Por ejemplo, hay casos en los que el pelotudo le dice a la mujer que se vaya al asiento de atrás del carro para que la mamá suba adelante. Quizá ahí aproveche en decirle a su hijo que la lleve a ver "Asu mare", unipersonal de Carlos Alcántara.

Alcántara ha narrado varias veces que extrajo muchas de sus experiencias de vida en su Unidad Vecinal de Mirones. Es fácil imaginarse que con los edificios de departamentos, chalets, jardines y campos deportivos todo estaba listo para que la palomillada fuera natural a los niños y jóvenes de la unidad vecinal.

Otros niños y jóvenes tuvieron la suerte de crecer en uno de los lugares de mejor calidad de vida de todo Lima, situado muy céntricamente en un distrito tradicional. Hablo de la Residencial San Felipe. Cuando transito por allí viene a mi mente una ciudad rodeada e incrustada por doquier de amplias áreas verdes, como es Berlín. En San Felipe también deben haber pasado jornadas inovidables los muchachos que vivieron en sus lares y aún los que no residimos alguna vez allí pero recordamos las épocas de El Palmero y del restaurante-peña El sabor criollo.

Respecto a La Residencial, justamente hace una semana salió un reportaje en Somos al ilustrador-pop Cherman que aún vive por ahí. Sus trazos, que retratan peruanidad, son interesantes, atractivos y ya muy conocidos.

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