lunes, noviembre 09, 2009

Berlín decidió por la libertad hace 20 años

Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
Art.13.2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Art.18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos


Pasaron 20 años de un acontecimiento que quizá cuando se vea con más quietud varias décadas después sea un hito como la caída de Constantinopla (que marcó el fin de la Edad Media). El periodista español Martí Font que estaba en Berlín en esa fecha escribió que "el 9 de noviembre de 1989 acabó el siglo XX".

Mucha substancia por revisar sobre la Caída del Muro la podemos encontrar en:
De visita en el 2003 en esta ciudad uno no podría imaginarse cómo terminó ésta al final de la guerra. Inclusive no habría una perspectiva clara de la división que hacía el muro porque sólo quedaban algunas pequeñas secciones. Lo que sí pude apreciar es que Berlín es una ciudad con personalidad fuerte e imponente pero plácida, constituída por incontables parques y espacios abiertos (la Residencial San Felipe me hace acordar de su estilo de calidad de vida). Además el cierto -digamos- exotismo de la parte oriental le da a la ciudad un carácter que no sé si alguna otra ciudad del mundo pueda exhibir.

Una muestra de los espacios de la ciudad


Preparativos para el Mundial de Fútbol-2006 en el 2003


Vista posterior de la Puerta de Brandenburgo


Fotografía (¿desde el ómnibus ó el metro sobre superficie?) notándose rayaduras profundas en las ventanas



Parece mentira, pero la farsa del comunismo en Alemania Oriental duró hasta el final, prácticamente hasta que la RDA fue una república difunta. Sólo días antes de la caída del muro los burócratas celebraban el 40º aniversario de la utopía inexistente. Como siempre sucedió con el comunismo, los jerarcas estaban alejadísimos del sentir del pueblo. Viviendo en su nube disfrutaban de los privilegios de la buena vida que les daba el poder mientras el pueblo tenía que contentarse con los siempre omnipresentes escasez material y espionaje. ¿De qué valió todo eso? Si los resultados fueron persecusión, coacción de la libertad, infelicidad crónica, tortura. Finalmente todo el montaje ideológico del lado oriental de Europa colapsó estrepitosamente en forma de avalancha indetenible. La gran mentira del comunismo se había derrumbado brutalmente. Sin embargo un par de Estados en otras regiones del mundo se mantenían tercamente atados a la ideología fracasada: la discutida Cuba y la muy extraña Corea del Norte.

Años después, luego del movimiento pendular extremo en América Latina -neoliberalismo rabioso- aparecerían en esta región algunos gobernantes regresivos: en Venezuela, en Bolivia, en Nicaragua. En Venezuela aplicando un populismo groseramente ramplón, en Bolivia exacerbando las diferencias étnicas y en Nicaragua administrando la pobreza con discursos caducos.

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Gracias al artículo de Marco Sifuentes me entero de la persecución a Yoani Sánchez, la bloguera -disidente- más famosa de Cuba. Parece que para los Castro el calendario se quedó congelado en 8 de noviembre de 1989.

Viajar a Corea del Norte parece ser una experiencia insólita. Es adentrarse a uno de los países más aislados del planeta. Hay que viajar a través de una agencia autorizada. Hay muchas restricciones como cierto tipo de fotografías o contacto espontáneo con los civiles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Generalizar sobre el comunismo no parece ser lo más acertado. Esa concepción política nunca llegó a plasmarse en la práctica, se pasmó en un simple ensayo de socialismo. Es que hubiera necesitado para poder calibrar sus verdaderas virtudes y/o defectos, el desarrollo total bajo la dirección de un coloso iluminado como fue Lenin. Muerto este, lo demás fue un triste remedo. Pero mal que bien sirvió para que la Rusia atrasada diera un gigantesco salto que pudo ubicar a la URSS en lugar de avanzada en su desarrollo científico y tecnológico. Qué existan países como Cuba o Corea del Norte y otros que siguen soñando con un proyecto que ya caducó en sus formas rígidas, no quita que la gran República China, una de las máximas referentes de la civilización mundial, en base al pragmatismo de sus gobernantes, vaya camino a covertirse en la mayor potencia que el mundo moderno vio. Y por la Tv podemos comprobar, con asombro, que las costumbres de su población se van acomodando a una cierta forma de la sociedad de consumo, con el beneplácito de sus ciudadanos, pues parece que la alegría empieza a reinar en China.