miércoles, diciembre 29, 2010

El Hombre del Año del 2010 en el mundo

Coincido con muchos medios que han elegido a Julian Assange como el Hombre del Año a nivel mundial.


Este moderno-Robin-Hood nos ha mostrado que la utopía no era el marxismo sino la transparencia de la información. Porque información supone poder y esto es fascinantemente cierto en esta época de la madurez del Internet.

Nunca como hoy, 2010, el poder estuvo tan al alcance de los hombres comunes y corrientes, mejor dicho, una porción del poder está ahora en manos de la gente de a pie. Esto es particularmente cierto por lo menos en algunos rubros concretos como el turismo, la gastronomía y la música y aún la política.

Antes las únicas voces que sonaban eran las que provenían de los medios grandes. Actualmente muchos ciudadanos opinan sin pedirle un espacio a los medios que naturalmente defienden sus intereses. Hoy para muchos la opinión de un comensal anónimo es más importante para tomar decisiones que las opiniones de un columnista asalariado que pertenece a un medio de expresión. Incluso para temas más trascendentes, los líderes tienen un contacto directo con los ciudadanos de la base, gracias a la Red. La frase de que 'el pueblo es el soberano' estaría por fin materializándose más allá de la retórica. El artículo que cito de Mariano Grondona es certero al respecto:

La soberanía de los reyes absolutos cesó con la irrupción de la democracia, porque a partir de esta el pueblo, como en nuestra Revolución de Mayo, “quiso saber de qué se trata”. Si ahora el pueblo, y ya no el rey, es el “soberano”, es a él a quien hay que informar. Cuando decidió divulgar los mensajes secretos estadounmidenses,¿violó acaso Assange la soberanía de un Estado democrático? Es imposible afirmarlo, porque en su caso eran los pueblos, y no los gobernantes, quienes tenía el derecho eminente de ser informados.

A pesar de todo aún hay regímenes, como los de China y Cuba, que se empeñan en censurar -en lo posible- las opiniones que escapan al modo de pensar 'oficial'. Hasta dónde será eso posible es una interesante interrogante ya que cada vez es más difícil controlar los múltiples canales que ofrece Internet y sus canales asociados (USBs, cámaras, celulares, dispositivos diversos). Esto nos lleva tambíén a cuestionar el concepto original de privacidad. Actualmente una foto nuestra o un dato sobre nosotros puede estar al alcance general aún sin ser personajes famosos. Tal vez tendríamos ahora tres áreas de privacidad: privada (propiamente dicha), semiprivada y pública. El área privada sería por ejemplo la que ocurre cuando una pareja tiene relaciones íntimas (nadie tiene derecho a entrometerse). El área semiprivada sería por ejemplo cuando uno se reúne con cinco amigos y una de las fotos que se toma termina circulando en otro grupo de gente. El área pública sería por ejemplo en un local de votación ó en un centro comercial.

El otro tema que ha puesto sobre el tapete Assange es el correspondiente a la simplicidad de las personas. Esto de los wikileaks ha mostrado a los embajadores y adjuntos como gente absolutamente común, más allá de los cargos que podían generar cierta aura de solemnidad y glamour entre los ajenos al ambiente diplomático. Los chismes muestran a esas personas dramáticamente parecidas en muchas actitudes a otras que tienen un grado educativo notoriamente inferior.

Artículo completo de Mariano Grondona: ¿Vamos hacia un mundo sin secretos?
El País (España): Lo que de verdad ocultan los Gobiernos

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