martes, junio 02, 2009

La vida no vale nada

El título es vigente en este país de miserias, pero más que de miserias, de gentes miserables. No se puede decir otra cosa de una población que ve morir gente rutinariamente y no siente frustración, dolor o culpa sinó más bien indiferencia [enterémonos].

Recién ahora que los reflectores están señalando las muertes de decenas de niños en Puno el ministro de salud y el presidente regional son encarados para que expliquen tan terrible situación. Para variar ninguno asume su responsabilidad. Tampoco dice nada el premier que sigue haciendo el papel de tonto inútil. Tampoco dice nada el Demagogo Mayor. Tampoco dice esta boca es mía el Colegio Médico. ¿Y la ministra de la mujer? ¿Y la de justicia? ¿Y la de los TLC's? ¿Y el presidente de la CONFIEP? ¿Y los decanos de las facultades de medicina? ¿Y Vargas Llosa que tanto alaba a "un régimen que lo está haciendo bien" [¿qué ha hecho este régimen aparte de nada?] ?

En un país normal se tiene infinitamente más cuidado por un perro que el que se tiene en este país por una vida. Recién cuando se hacen colectas la gente se da cuenta de que hay un problema serio. Y los gobiernos miserables (central y regional) -también entras ministro de economía- mientras tanto siguen con su nula actuación tranquilizados por la nula exigencia ciudadana.

La política de salud sigue a la deriva.¿Sería posible denunciar constitucionalmente al presidente de la república y a sus ministros y al presidente de Puno por incumplir los siguientes artículos de la Constitución?:

Artículo 7º. Todos tienen derecho a la protección de su salud, la del medio familiar y la de la comunidad así como el deber de contribuir a su promoción y defensa. La persona incapacitada para velar por sí misma a causa de una deficiencia física o mental tiene derecho al respeto de su dignidad y a un régimen legal de protección, atención, readaptación y seguridad.

Artículo 9º. El Estado determina la política nacional de salud. El Poder Ejecutivo norma y supervisa su aplicación. Es responsable de diseñarla y conducirla en forma plural y descentralizadora para facilitar a todos el acceso equitativo a los servicios de salud.

Artículo 11º. El Estado garantiza el libre acceso a prestaciones de salud y a pensiones, a través de entidades públicas, privadas o mixtas. Supervisa asimismo su eficaz funcionamiento.


Muchos tenemos que responder por la vergonzosa indiferencia que hay por el sistema público de salud pero hay autoridades que probablemente tendrían que ir a la cárcel por su omisión. Sólo veamos lo que está pasando con las enfermedades del frío en la sierra sur y con la expansión descontrolada de la tuberculosis.

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