En este país de malaguas y de hipócritas y de tibiezas y de diminutivos y de sobones y franeleros es esperanzador encontrar periódicos como La República -que desde hace varios años ha mostrado una posición consecuente contra la corrupción que destiló caudalosamente la dictadura fujimontesinista-. Ante el peligro que supondría la elección de la hija del expresidente presidiario las alarmas se han prendido y periodistas agudos como Ángel Páez están reactualizando el oscuro caso de los estudios de los Fujimori. Toda la semana (Lu18/Ma19/Mi20/Ju21/Vi22/Sá23/Do24) han aparecido reportajes al respecto.
En otra orilla ideológica, pero igualmente consistente en poner los puntos sobre las íes en lo que respecta a la falta de escrúpulos del régimen aquel, MVLL declaró que votar por Keiko sería decidir entre el cáncer terminal y el sida.
Luego de estos párrafos creo que debería pedir una reflexión a mis compatriotas clasemedieros. Entiendo que las clases populares y alta no tengan la repulsión necesaria por la corrupción y la inmoralidad. Mientras la primera está sólo preocupada por cubrir sus necesidades básicas, la segunda no tiene el grado cultural necesario para comprender que para la viabilidad a largo plazo es necesario combatir la corrupción. Es deber por tanto de la gente más educada de este país hacer todos los esfuerzos necesarios para combatir a los idiotas que quieren repetir una historia que nos trajo mucha miseria moral (que aún arrastramos).
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