martes, febrero 27, 2007

El plato nacional

Una pasada Semana Santa en Huancayo tuve la oportunidad de ver varias pollerías abiertas en Viernes Santo. Yo, sin embargo, mantuve mi abstinencia de carne y fui en busca de pescado para cumplir con el rito católico correspondiente. Pero parece que yo era una persona con comportamiento inusual puesto que todos se despachaban con la comida como en cualquier día corriente. El pollo a la brasa seguía siendo consumido como en cualquiera de los otros 364 días.

El pollo a la brasa se ha extendido por todas partes del Perú. Y en Lima está en todos los distritos, con lo que sirve como identificador de la nacionalidad peruana por lo visto. Aquí no hay diferencias entre los ricos y los pobres: a todos les gusta por igual (en términos generales). Por lo que vi en un reportaje el domingo último parece que también les parece rico a los extranjeros (en el extranjero, donde ya hay restaurantes peruanos).

Pero qué sitios han de ser visitados por gusto o por emergencia. Comenzando por los pollos bebés, no hay duda de que hay que mencionar a la Granja Azul, lugar que da inicio a la historia. Eventualmente han tenido promociones de "coma lo que quiera" por un precio fijo, pero la verdad es que uno se llena antes de acometer por los tres pollitos que uno había pensado en comer con el hambre con el que se partió desde Lima. De todos modos muy recomendable el pollito ese, aunque carito. Más allá, en Ricardo Palma, tenemos al Chalet Belga, también dedicado a los pollitos-bebé a la brasa. Ricos pero más caros aún.

En Lima, yo sitúo como los más-más a los siguientes: Las canastas, La granja del abuelo, Pardo's chicken y La caravana. Pueden completar el "tercio superior": El pollón y El cotorro. Aquí me atrevería a poner a una prometedora cadena llamada Pikalo's.

Luego podríamos poner los "pollos de combate", aquellos que sirven para aplacar el hambre sin ser muy exquisitos y teniendo más grasa de la debida. Aquí entrarían los Rokys y los Norkys y otras cadenas de medio pelo como Narch's o Miami's.

Finalmente tendríamos que situar a los seudo-pollos-a-la-brasa: aquellos vendidos en los supermercados, cocidos en hornos eléctricos, pero que la gente compra tan alegremente con sufrientes colas. Aquí no sólo los pollos son medio desabridos sinó también las papas que no tienen el profesionalismo de las mejores pollerías.

Con menciones especiales podríamos ubicar al otrora mejor Shangay, a uno que me han comentado pero que no he probado -Chios, en Canevaro-, Pio Pio (¿así se llama el ubicado junto a Puruchuco?) y otras decenas de pollerías de barrio que pueden ser lugar de uso en caso de emergencia.

2 comentarios:

Angélica Camacho dijo...

Hasta a los japoneses les gusta nuestro pollo a la brasa. Recuerdo que dos de los platos peruanos más consumidos era ese y el lomo saltado según los restaurantes peruanos de la zona de Kanagawa ken. Los brasileños también tienen el suyo pero incluso algunos de ellos después de probar el nuestro confirmaban la superioridad del sabor peruano.

Saludos

Anónimo dijo...

No hay que olvidar que siempre en Lima aparecen buenas pollerias; es el caso de Villa Chicken, que queda en Surco. La ensalada Chef es de campeonato y el pollo recontra rico, lo recomiendo. Bien por elloos y tengo entendido que van a brir otros 2 locales en Lima. Vayan, el ambiente no parece de la zona. Super acogedor.