miércoles, abril 28, 2010

Anodinidades

La palabra que pone el título no existe. Salvando esa licencia, la idea es comentar cómo poco a poco todo me va pareciendo aburridamente anodino. Debo estar tal vez en un proceso degenerativo que me sitúa poco a poco en una posición ajena al ir y devenir del mundo.

El otrora serio El Comercio ahora alterna en su web sus noticias importantes con las trivialidades del espectáculo. Varios congresistas le dedican más tiempo ahora a sus aparatitos que envían y reciben mensajes tontos que a su labor. Las conversaciones de oficina ahora giran en torno a la bailarina que salió con un narco o a la vieja calavérica que se pone bikini. Los yupis (que dicho sea de paso siempre han sido bastante estúpidos en lo cultural) hablan de carros y prendas de marcas caras. En las redes sociales las mamás jóvenes (y los papás también) muestran a sus hijos cada vez que pueden en fotografías enviadas por celular con leyendas como "Los adoro". Los universitarios en el restaurante de menús y en el bus hablan de la "tremenda bomba" que se dieron y se darán el próximo fin de semana. Su conversación gira en torno a que fulano y zutana arrasaron con ene cervezas y terminaron "hasta las huevas" o que toda la reunión "fue un cague de risa". La radio local dispone de una variedad muy limitada de canciones alteradas por locutores que hablan adefesios.

La vida hoy es así. Uno tiene que alternar en ciertas situaciones para no volverse un hongo pero qué aburrido que está todo. Tal vez por eso, para parecer menos trivial escribo unas líneas de cuando en cuando.

Hubo un tiempo en los que los domingos compraba El Comercio y La República y tenía harto material periodístico local. Hubo un tiempo en los que se podía ver el interesantísimo programa de Mario Vargas Llosa ("La torre de Babel"); felizmente hoy existe siquiera 3G (programa atacado huachafosamente por Hildebrandt). Hubo un tiempo en el que veía el canal por cable Mundo A&E: "Misterios ancestrales", "Biografía", música (como Al Jarreau, Oscar D'León, Bee Gees) y el interesantísimo "60 minutos" donde podían aparecer reportajes sobre la siniestra industria farmacéutica o una entrevista a Fidel Castro. Hubo un tiempo (hace poquito nomás) en el que leía El utero de Marita (acompañado de los comentarios) con mucha dedicación. Todo esto no está más.

Bueno, me voy a revisar qué dice El trome.

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