miércoles, febrero 03, 2010

La dualidad en el comportamiento del hombre

Llegó el momento de lanzar este tema que tenía hace tiempo como posible. Aunque se trata de un tema "profundo" éste no es el espacio para profundizarlo pero sí al menos para lanzar unas ideas que podrían ser pretenciosas pero ideas al fin y al cabo -aunque sin la correspondiente consulta académica-.

Esto ya lo tenía en mente hace mucho tiempo, sobretodo alimentado por las acusaciones que se le hizo a Alejandro Toledo por no reconocer a una de sus hijas. Alguna gente sincera y mucha gente hipócrita se lanzó a reprobar tal conducta.

Mi oposición a los acusadores de turno se podía sustentar en la siguiente razón: si Thomas Jefferson, padre de la nación norteamericana podía haber tenido sus pecadillos y aún así seguir siendo considerado casi una divinidad, ¿qué tanto reclamo politico -encabezado por el escritor Bayly que aún hoy sigue con la cantaleta- se le hacía a un padre en este país que no reconocía a una manganzona azuzada por su madre? En otras palabras ¿qué tenía que ver su problema filial con su postulación y luego ejercicio en la presidencia? Nada. He ahí la hipótesis de este post: las actuaciones familiares no tienen una relación directa con la actuación pública de una persona.

En un programa matutino de radio el inefable Philip Butters se preguntó algo como "¿qué se podía esperar (en la política) de alguien que no reconociera a sus hijos?". La respuesta sería "Mejor dedícate a hablar de fútbol". Creo que lo mismo sería aplicable para los hombres que han tenido alguna amante o tienen afición por la infidelidad: eso no los inhabilita para una proba labor profesional o política (nos acordamos de Bill Clinton). Son dos carriles diferentes. Se puede tener hijos por lo bajo como Thomas Jefferson y ser un hombre que pasa a la historia casi épicamente. Se puede ser muy tierno con los animales y tener un amor único por una mujer como Adolfo Hitler y sin embargo pasar a la historia como un ser que es sinónimo del Mal debido a su perversa actuación pública.

Se puede tener "mal comportamiento" -algunos dirían "falta de ética"- en el aspecto privado y ser escrupulosamente recto en el terremo laboral ó público. Las otras tres combinaciones de privado-público también serían posibles. Yo creo que para juzgar a una persona como correcta o incorrecta, si se está fuera del entorno íntimo, habría que observar sobretodo el comportamiento público. Esto es lo que finalmente arrojaría el calificativo positivo o negativo de un hombre.

Como miscelánea -y que muestra la contradicción de conductas- es gracioso mencionar que una congresista que abogó por una ley para sancionar a los padres irresponsables mostró un comportamiento público bastante discutible -siendo benevolente en el calificativo-.

Enlaces varios:
El legado oculto de Thomas Jefferson (BBC)
¿Quién se acuerda de la Lewinsky? (BBC)
Historia de un fraude

3 comentarios:

Doctor G. dijo...

Julito:

Dices:
"¿qué tenía que ver su problema filial con su postulación y luego ejercicio en la presidencia?"

Respondo: TODO.

Si un hombre es capaz de mentir negando a su propio hijo/a, se puede esperar cualquier cosa de un individuo de semejante calaña.

"Como es arriba es abajo" reza uno de los grandes principios universales que no hay q olvidar.

Zaludoz, y...

...Bayly Presidente!!

Anónimo dijo...

Evidentemente existe una serie de complejos de lo más curiosa. Así como hay fobias contra los aviones, contra los pelos en el jabón, contra los sudores del cuerpo, contra los homosexuales, etc., se nota que hay gente que tiene fuertemente enraizado el desprecio natural a los padres que niegan a sus hijos. El problema es que en el Perú hay más de medio millón de hijos negados, lo que relativiza la ignominia porque es un tema casi generalizado. Eso no lo justifica, pero en un medio así es dificil tirar la primera piedra, máxime cuando hay otros asuntos que en el tema colectivo tienen más envergadura, como la indolencia ante la pobreza, el disimulo ante la corrupción, la militancia en las filas de la mafia, etc. ¿Qué tanto mérito tiene reconocer a un hijo si como ejemplo se le va a dar la convivencia con esas lacras? ¿Es bien importante reconocer al hijo para traerlo al lado del crimen cuando este es el habitat natural del padre?

Renzo dijo...

Es un tema muy espinoso.

A ver hablemos de Fujimori el hombre "honrado" que sí reconoció a sus hijos. ¿Y qué diablos hizo con nuestro país?

Toledo era un peruano avivado más. Y estoy de acuerdo con tu afirmación: "la manganzona esa azuzada por su madre"

De recordar esos sucesos se me revuelve el hígado.