En el primer grupo está (era obvio) Vargas Llosa. También Martin Tanaka, Rocío Silva Santisteban, César Hildebrandt y un largo etcétera. Me entero hoy que también es parte del grupo positivo Gastón Acurio.
En el segundo grupo está (era obvio) Juan Luis Cipriani. Por supuesto Martha Chávez y otros fanáticos del fujimorismo, Ántero Flores-Aráoz, Edgar Núñez y otros tristes representantes del aprismo.
Martin Tanaka dice en su blog "La consecuencia práctica para mí es que a este gobierno no solo hay que exigirle el Museo de la memoria: también, y principalmente, justicia, reparación, verdad, apoyo a la población más afectada por la violencia".
Jorge Bruce, Carlos Basombrío y Augusto Álvarez Rodrich también se manifiestan al respecto.
Finalmente (dentro de esta pequeña selección) Gastón Acurio dice: "Como si para Alemania o Japón hubiese sido mejor una pérdida selectiva de la memoria en vez del proceso autocrítico que les permitió reconstruirse y alcanzar el liderazgo que hoy ostentan".
En posiciones opuestas, el Arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, no dijo que el museo sería una cojudez pero sí que aquel no sería cristiano. En la noticia que publicó Perú21 los comentaristas le dicen su vida al Cardenal.
El congresista aprista Edgar Núñez en una entrevista a Utero TV asume la posición militar chueca (le digo chueca porque la que debe ser derecha debería denunciar a sus propios malos elementos sin dudas ni murmuraciones).
Fácil es decidir en qué posición uno se ubica respecto a este tema. Acá no se trata de ser derechista o izquierdista. Las palabras mágicas son sentido común, cultura, historia y valores.
Hiperenlace final: Comunicado de la PUC
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