domingo, febrero 19, 2012

Revocatorias pervertidas

A raíz de las intenciones non-sanctas para revocar a la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, surgieron una serie de opiniones calificadas que discutían el espíritu de la ley. Viendo que sólo en Lima se ha solicitado planillones para revocar a 36 de los 42 alcaldes distritales es evidente que algo anda mal en la ley.

Para comenzar, la ley nació defectuosa. Cuando una persona le da una carta poder a otra o cuando un directorio le brinda la confianza a un apoderado son "identificables" los miembros que otorgan el poder a favor y los que se oponen. Una revocatoria en el caso en el que una sola persona decide es evidente: si cambia de posición revoca o rectifica su decisión inicial.

En los casos de revocatoria electorales en el país resulta que los interesados son los perdedores, es decir, los que no votaron por el alcalde o presidente regional. Son las personas que no cambiarán de opinión (siguen en contra de los elegidos) respecto a la que emitieron en las últimas elecciones municipales y regionales. Entonces, un proceso en el que deberían estar más interesados "los arrepentidos de su voto" (si es que los hubiera) termina siendo protagonizado por los perdedores que buscan una segunda oportunidad de llegar al poder eliminando de la competencia a quien fue elegido en buena lid.

Esto significa que en muchos casos -se ve claramente en Lima Provincial- gran parte de los votantes de la autoridad elegida termina reconociendo implícitamente que su voto estuvo equivocado. Sin embargo, creo que esto lo hacen porque son víctimas de la campaña de sus pares que permanentemente están machacando el asunto. Dada la escasísima formación formación cívico-ciudadana es fácil que muchos le entren también a la moda por cansancio. Es así que mucha gente termina construyendo en su cabeza esta peligrosa ecuación: Baja popularidad = Revocatoria.

Pero no sólo el "espíritu de la ley" es el que presenta problemas. El mismo aspecto práctico es malo: si un proceso revocatorio lleva más o menos un año, contando el período ya trabajado quedarían tan sólo dos años para una eventual nueva autoridad. De estos dos años se utilizaría aproximadamente uno para ubicarse adecuadamente en el puesto quedando tan sólo uno para la gestión a todo tren.

Otras opiniones:

Juan Carlos Tafur
Augusto Álvarez Rodrich
Ernesto Álvarez (presidente del Tribunal Constitucional)
Eduardo Dargent
Juan Sheput
José Godoy
Mirko Lauer
Steven Levitsky
Martín Tanaka
Pedro Salinas
Marco Sifuentes
Fritz Du Bois
Enrique Castillo
Carlos Basombrío
Carlos Meléndez

miércoles, febrero 08, 2012

Mis dibujos animados (IV)

Llegó el momento de comentar los dibujos "especiales" ó "diferentes".

El primero del que quiero hablar es "Snoopy", el famoso perro que alterna con su amo, Charlie Brown, en episodios donde se reflexiona sobre el existencialismo y otros tópicos filosóficos (aún cuando el asunto no sea explícito en muchos casos). Una de las características de los cortos es que nunca se ve a los adultos de cuerpo entero ni se entiende lo que hablan -cuando lo hacen- (aunque se sospecha que en algunos casos se están quejando o llamando la atención a los niños protagonistas). Este es un tipo de dibujos animados que se podría rotular de "intelectual".




El segundo es el fundamental "La Pantera Rosa", sicodélico dibujo animado cuyo protagonista muestra sus deseos o iras con movimientos corporales y gestos o "ideas dibujadas" puesto que la pantera se entiende como muda. La imaginación que nos regalan los autores en los capítulos de estos dibujos es admirable.



Enlaces:

Wikipedia: Snoopy | La Pantera Rosa

{Continuará}

domingo, febrero 05, 2012

Viajando en bus (4) - Argentina: tango y política

(A adelantar la hora en uno). Poco después de cruzar el Túnel Trasandino tenemos al fondo el Aconcagua con el que aprovechamos de fotografiarnos. En breve pasaremos por el control binacional del Complejo Horcones. Terminado el trámite seguimos por la carretera que nos presentará algunos túneles. Estamos camino a Mendoza. En pleno centro estamos alrededor de las 7 de la noche. Caminando por una de sus avenidas nos topamos con un mitin político (finalizando la campaña electoral presidencial). Están los muchachos con sus banderas y su bulla dando más colorido al ya de por sí simpático paisaje citadino. Aprovecharemos de cenar en uno de los restaurantes que tienen mesas al aire libre.

Jóvenes en campaña política en Mendoza

Terminada nuestra cena (y algún cambio de moneda local) nos encontramos en el lugar designado para abordar el bus y seguir rumbo a Buenos Aires. El paisaje por defecto será la pampa: campos extensos con pastos y ganado. En la mañana, muy temprano tomamos un desayuno en algún grifo del camino. Después seguimos nuestro camino tomando fotos desde el bus: pastos y ganado. Alrededor de las 11 de la mañana el autopista con sus letreros cada vez más continuos nos indica que llegaremos pronto al Gran Buenos Aires. Dos carriles. Pronto cuatro carriles. Buenos Aires está cerca. El letrero dice "Buenos Aires - Centro - por autopista AU6". Ahora "AU1 - 25 de Mayo - Centro". Un poquito más. Salimos por una de las rampas. Ya estamos en una de las grandes avenidas. Ahora en busca de nuestro hotel en la calle Maipú. Nos instalamos y tenemos la instrucción de almorzar más o menos rápido para nuestra actividad de la tarde. Ese día con una compañera de viaje almorzamos un buen bife con una cerveza Quilmes. Estamos estrenándonos con la ingesta de carne (en Mendoza había comido un buenísimo plato de ñoquis).

Primer almuerzo en Buenos Aires

De regreso al hotel estamos listos para subir al bus, para hacer la visita al parque temático Tierra Santa. Es un lugar dedicado al tema religioso. Es como un museo pero donde también hay puestas en escena: por ejemplo La Creación. Vimos que el lugar es muy visitado por escolares.

Parque temático Tierra Santa

En la noche damos un recorrido por la avenida Corrientes fotografiándonos con el Obelisco de fondo. En la misma avenida ingresamos a una excelente pizzería a comer pizza, que si mal no recuerdo acompañamos con cerveza a la usanza bonaerense. Terminada la cena nos vamos a conocer Palermo Soho, un barrio que está lleno de bares y pubs. La música que escucharemos en el que estaremos será bossa nova, ejecutado por un dúo -guitarra y voz-. Fin del día uno.

El día siguiente comienza con el desayuno de rigor en el hotel. Terminado nos toca hacer el tour de ciudad con el guía local. Recorremos los diferentes barrios de Buenos Aires viendo sus espléndidas avenidas y parques y su soberbia arquitectura. Hacemos una pequeña parada al costado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires tanto para ver este edificio como la gigantesca escultura de metal llamada Floralis Generica. Una parada más larga haremos en Plaza de Mayo. Aquí veremos el Palacio de Gobierno e ingresaremos a la Catedral Metropolitana, donde está el mauseleo del Libertador Generalísimo don José de San Martín. Luego nuestra siguiente parada, que será más extensa, será en el Barrio de la Boca, donde iremos al obligadísimo Caminito, la famosa calle inmortalizada en un tango. En esta zona se encuentran innumerables souvenirs así como motivos para retratarse. No faltan los hombres y mujeres con pinta de tangueros arrabaleros que ofrecen retratarse con los turistas en poses sugerentes de baile. Hay también bares y restaurantes que ofrecen espectáculos de tango. En el recorrido el guía nos ha dado una vista rápida de los barrios de Monserrat, Recoleta, Palermo, San Telmo, Puerto Madero y otros.

Mausoleo del Libertador San Martín

Por la tarde nos vamos con algunos compañeros de viaje a conocer el cementerio de Recoleta. Para esto tomamos un ómnibus que nos dejará muy cerca (la dificultad que tuvimos fue contar con monedas puesto que el pasaje se paga en una máquina receptora en el mismo bus). A la entrada del famoso cementerio una señora nos ofrece su servicio de guiado y el grupo acepta. En el recorrido se nos une inconsultamente un señor que quiere aprovechar las explicaciones de la guía. Ésta, a mitad del recorrido le pide separarse de nuestro grupo puesto que es uno privado. Es incómodo observar la escena. En el recorrido en sí vemos entre otras la tumba de Eva Perón. De regreso al centro de la ciudad nos vamos rumbo al Café Tortoni, centenario café emblemático de Buenos Aires, siempre boyante de gente y actividad cultural. Más tarde la cita será en confitería La Ideal, rancio y tradicional punto de encuentro para ver bailar y cantar tango. Aquí acompañamos la velada con vino argentino. Fin del día dos.

Tango en Confitería La Ideal

El día siguiente (luego del desayuno en el hotel) será dedicado a la visita a Colonia del Sacramento en Uruguay (reseñado en próximo post). Regresamos a Buenos Aires ya terminando la tarde y luego del paso rápido por el hotel salimos en un último recorrido por la ciudad. Nos vamos al centro comercial Pacífico, lujoso lugar de una impresionante arquitectura clásica (inclusive en uno de los techos hay unos frescos). Ese día, de elecciones presidenciales, comeremos en un restaurante muy cerca al Obelisco. Por la calle pasan de cuando en cuando vehículos que celebran la reelección de Cristina Fernández de Kirchner. También por la calle pasa un señor que se queda -desde-afuera- discutiendo con un comensal que está dentro del establecimiento: habla con furia por su desazón con los resultados. Así discuten los argentinos de política, lo observamos también con los taxistas que nos comentaban sus ideas. Esperamos vanamente que nos vendieran unas cervezas (había ley seca) así que pedimos coca-colas. Fin del día tres.

Centro Comercial Pacífico

A la mañana siguiente (tras el desayuno) dejamos el hotel y subidos en el bus iremos hacia el norte, hacia la frontera con Brasil, cruzando las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones. El almuerzo será en un grifo-restuarante situado en Gualeguaychú. Un tremendo almuerzo en un tremendo restaurante (con todas las de la ley). El plato, recomendado por el mozo, fue un filete de carne asada, acompañado por supuesto con vino tinto. Tras varias horas de viaje vendrá el lonche-cena de paso en la tienda-café de un grifo (donde confluimos los turistas de tres buses: hay colas regulares para comprar). La noche la pasaremos esta vez viajando, arribando a la zona de la triple frontera (Argentina, Brasil, Paraguay) en la mañana. Un puente separa a Argentina de Brasil; una mitad está pintada con los colores albicelestes y la otra, con los colores verdeamarillos. Tras el sello del pasaporte termina nuestra aventura en las tierras argentinas.

Grifo-restaurante en Gualeguaychú


{Continuará el periplo}

miércoles, febrero 01, 2012

Viajando en bus (3) - Chile: desierto y orden

Tras cruzar la frontera tenemos ante nosotros el control de inmigraciones de Chile (adelantamos la hora en una). No podemos ingresar productos vegetales ni lácteos frescos, entre otros. Pasando dicho control subimos al bus para ir hacia Arica, adonde llegamos a la hora del almuerzo. Éste lo tomamos de forma más o menos rápida en un supermercado. Varios pedimos combos-de-hot-dogs (en Chile les ponen crema de palta en su presentación). Otros se surten de galletas, bocaditos, embutidos, refrescos, agua y dulces. Luego de la estadía en el supermercado subimos nuevamente al bus para visitar el Morro. Desde ahí se tiene una espléndida vista de la ciudad y su puerto. Otra vez al bus: esta vez rumbo a Antofagasta.

Comida rápida en supermercado de Arica

Tras un viaje largo y monótono sobre puro desierto llegamos a eso de las 2 de la mañana a destino. Toda la ciudad duerme. Arribamos a un bonito hotel llamado Alto del Sol, donde el encargado de recepción se hace bolas asignándonos las habitaciones. La mayoría de compañeros de viaje consideran éste como uno de los mejores hoteles que nos tocó conocer en el periplo. Tras el buen desayuno buffet (del que encarga una peruana) salimos a nuestra excursión por la ciudad. El guía nos dice que en ella nunca llueve; una planta desalinizadora surte de agua a Antofagasta. Por lo demás es una ciudad ordenada. Como atracciones principales de la localidad visitamos los exteriores de la fundición de metales de Huanchaca, el mercado de abastos (donde almorzamos) y la Portada. Algunas decenas de kilómetros -rumbo a Santiago- encontramos en pleno desierto una gigantesca escultura llamada la Mano del Desierto. Después de dos horas más de camino llegamos a una tienda-restaurante ubicada en medio de la nada (como para comprar algo para tomar). Dos motos Harley Davisson están también estacionadas en el sitio (éstas con sus pilotos brasileños despiertan el estusiasmo de las chicas que se toman algunas fotos). Después de un par de horas más de viaje es hora de cenar; lo hacemos en uno de los restaurantes (agrupados) que están a la vera de la carretera en Copiapó. Seguimos. Pasaremos la noche viajando. A eso de las 8:30 de la mañana llegamos a un grifo-tienda para tomar desayuno (me sorprende ver botellas de cerveza de un litro de todas las marcas en un congelador). Finalmente, a golpe de las 11 de la mañana estamos llegando a Santiago.

La Mano del Desierto

Impresiones inmediatas: orden y limpieza. Luego tener un vistazo de la ciudad desde el autopista salimos por la rampa que corresponde para dirigirnos hacia el centro donde está el hotel donde estaremos dos noches. Se trata del hotel Panamericano. Ya instalados doy un paseo rápido por una de las calles centrales que luce bella con el verde que le da su gran cantidad de árboles. Para el almuerzo me inclino esta vez por la comida china (buen plato: carne mongoliana); lo que me sorprende es que el wantan lo presentan solo, sin salsa. Luego del almuerzo recorremos la ciudad en el bus con un guía. Nos lleva al centro de la ciudad y a cierto barrio caro de la periferia. Más tarde tenemos oportunidad de subir al buen metro de la ciudad para ir al barrio Bellavista, lugar donde se localizan muchos bares simpáticos. Los hay baratos y sofisticados (entre estos últimos descubro uno que vende comida peruana, localizado en un centro-comercial al estilo de Larcomar pero donde sólo hay bares, pubs y restaurantes).

Bares en Bellavista, Santiago

Al día siguiente, después del desayuno en el hotel, iremos de excursión a Valparaíso y Viña del Mar. El primero un puerto antiguo de identificación popular y el segundo un balneario de identificación cosmopolita moderno. El recorrido en Valparaíso es muy interesante porque gran parte de las viviendas están recostadas en los cerros y los caminos son curvos y algo laberínticos. Todo por acá se ve muy tradicional. Hay sectores levantados por diferentes colonias europeas y muchas de las viviendas se conservan desde que se construyeron. En Valparaíso visitamos la casa museo de Pablo Neruda.

Valparaíso

Viña del Mar es el famoso balneario donde está la Quinta Vergara. En esta gran estancia se localiza el famoso auditorio que es sede anual del famoso festival musical. En Viña del Mar están también sus atrayentes playas. Es ciertamente una ciudad cara, como uno se imagina al ver sus grandes edificios.

Viña del Mar

De regreso a Santiago llegamos a la zona del mercado central donde hay varios restaurantes. Nosotros entramos a uno muy bueno llamado El Galeón donde saboreé un excelente plato de pescados y mariscos sometido al horno, éste acompañado -por supuesto- con una copa de vino chileno. Después del almuerzo damos unas vueltas por la ciudad. El día lo finalizamos en una pizzería cerca al hotel (justo estaban transmitiendo el partido donde U de Chile le metió cuatro goles a los brasileños del Flamengo).

A la mañana siguiente dejamos Santiago para llegar a la frontera con Argentina a eso del mediodía luego de haber alcanzado la zona de nieve, donde bajamos un momento para recorrer los alrededores del control fronterizo chileno. Tras esto subimos al bus para cruzar el Túnel Trasandino e ingresar a territorio argentino.


Control fronterizo de Chile (con Argentina)
{Continuará el periplo}