martes, julio 28, 2009

Un país adolescente


A raíz de la presentación del libro Chicha Power vuelve a la reflexión el tema de la peruanidad, de encontrar lo que unifica a los grupos sociales y étnicos tan diversos en el Perú como peruanos-a-secas. Como muchos entendidos mencionan, esto está en proceso, se está cocinando la nacionalidad. Este verbo es adecuado ya que un rubro que nos identifica orgullosamente es justamente la gastronomía. Esta representaría la fusión de todo y para todos. De manera similar, la chicha (la música), independientemente de su calidad musical, ha juntado al poblador del arenal con el poblador más moderno. (En realidad, esto de "juntar" sólo es un comienzo -y un eufemismo- para reconocernos como parte del mismo colectivo llamado Nación).

Esta nación es una nación joven, tanto como las demás de Latinoamérica. A tenor de lo que nos dice Hernán Casciari, en el equivalente humano el Perú tendría unos trece años:

España tiene hijos por todas partes (casi todos de trece años) que viven lejos.

El artículo de Casciari que se titula La verdadera edad de los países es muy divertido y a la vez nos permite ubicar en su verdadera dimensión las dificultades que atraviesan nuestras sociedades para ser viables. No es lo mismo un país joven que uno con harto recorrido (que además usufructuó las riquezas de muchos otros de todo el mundo).

Cuando en 1532 los españoles llegaron a estas tierras se produjo un encontrón de inconmensurable magnitud, encontrón traumático del que todavía tratamos de reponernos hoy (siglo XXI). El país que nació no fue ni un Imperio Incaico restaurado ni fue una Nueva España. La criatura que fue dada a luz tenía de ambos mundos pero tuvo que ir creciendo con tremendas dificultades. Lo que pasó pasó, es imposible desligar la nacionalidad peruana de la herencia española, por más que muchos peruanos renieguen de ese hecho. El tema es que esa historia debe asumirse en algún momento sin dolor para superar el terrible trauma. De lo contrario aparecerán cada cierto tiempo grupúsculos con cierta filosofía evista que quieren un retorno al pasado. Pero tampoco América Latina debería soñar con Europa y no debería pretender ser como ellos. Esta región debe encontrar su propio horizonte aprovechando las experiencias ajenas pero siendo única y diferente.

Ya varias décadas atrás Luis Alberto Sánchez había escrito Retrato de un país adolescente indicando con el título de qué se hablaba cuando se estudiaba la corta historia de la nación. César Vallejo diría "Hay, hermanos, muchísimo que hacer".

Esto, el decir que el país es un país joven, nos puede dar muchas esperanzas para mejorar las cosas y eliminar las taras que aún nos mantiene lejos de lo que creemos debería ser una sociedad adelantada. Hay muchísimas cosas por mejorar y en muchas áreas deberíamos avanzar más rápido pero hay fe en la mejora. Por razones como esta podemos decir hoy, 28 de julio del 2009, con mucho entusiasmo Feliz Día Perú.

miércoles, julio 08, 2009

Hamburgueserías de otrora

Actualmente en el Perú cuando se habla de hamburguesas la mayoría piensa en los locales de los colores amarillo y azul. Pero ciertas personas -como yo- echamos de menos unos sitios que marcaron época y aún dan vueltas en nuestros recuerdos gustativos.

Los más jóvenes no saben que alguna vez en Lima hubo memorables lugares donde se vendían unas hamburguesas que no han vuelto a repetirse (a pesar del boom comelón de ahora).

El que ubico en el primer lugar se llamaba Luciano's Burger. Quedaba en la cuadra 15 de la Av. Arequipa (Lince). Preparaban unas fenomenales hamburguesas a la parrilla espectacularmente jugosas. Pero no sólo eso, sino que el pan tenía la suavidad perfecta que hacía un dúo armonioso. Creo que este componente -el pan- es más importante de lo que se podría pensar en una hamburguesa. Luciano's lograba el ensamble perfecto: pan, carne, aditamentos (como chucrut, lechuga, tomate o pepinillos) y las salsas. Además de hamburguesas, el local tenía un muy comentado bar de ensaladas, que marcaba la pauta en la modernidad de este tipo de establecimientos.

Enlace: Propaganda de la época

Otro de los recordables sitios -donde me acuerdo haber comido a lo más un par de veces- era el Bar B.Q. en el Óvalo Gutiérrez (actualmente playa de Wong). Era un sitio donde podían servir los pedidos al auto (como el Tip Top). De allí tengo el recuerdo de una hamburguesa alemana. Parece que ese sabor quedó grabado para siempre en mi disco duro.


La foto es de Skyscrapercity.com y la leyenda dice: 'Famoso "drive in" Snack Bar, el Bar BQ, Ovalo Gutiérrez, 1983'

El tercer sitio recordable era el Bon Beef, frente al otrora lujoso Centro Comercial Camino Real. Tenían toda una serie de hamburguesas (preparadas a la parrilla). Me acuerdo que la que solía pedir llevaba papitas al hilo. El local tenía un bar de ensaladas bastante vistoso. Recuerdo mucho este sitio porque mi tránsito hacia/desde el Británico me hacía pasar por allí. Así que muchas veces luego de bajar o antes de subir a la 73 mi debilidad me hacía entrar a probar algo.

Extraigo el siguiente bello fragmento de poesía terrenal del blog Vereda del Sol:

La hamburguesa del Bon Beef bien valía los soles que costaba, era el
preámbulo ideal para caerle a la chica que te gustaba, infalible, como pedirle
matrimonio a alguien en París, nadie decía no después de una royal y un
milkshake, nadie era tan canalla.

miércoles, julio 01, 2009

Aniversario de la Universidad Ricardo Palma


El logo me pareció vanguardista desde el inicio


La Ricardo Palma cumple 40 añitos. Siendo una universidad joven ha avanzado bastante desde aquellos tiempos en los que se desenvolvía en ambientes prefabricados en la lejanísima urbanización Las Gardenias (donde llegaba la recordada 59 [¿A ó B?] de Enatru). En esos 80's empezaría a consolidarse la universidad en esos terrenos que prácticamente estaban rodeados sólo de algunas zonas residenciales y uno que otro negocio. Quién diría que 25 años después estaría al costado el bonito Parque de la Amistad y una gran zona comercial llena de supermercados y negocios de los más variados.

Regresando a la universidad, siempre ha sido admirada su importantísima Facultad de Arquitectura, donde los muchachos con sus maquetas y diseños vanguardistas se preparan para manejar un arte muy cercano a la ciencia. Sus clásicos talleres llevados ciclo a ciclo van moldeando la creatividad de los arquitectos palmistas. Por su lado, los ingenieros suelen tener una mística que equilibra muy bien el lado técnico y la gestión.

Cómo no recordar los paseos por los ambientes de la Carrera de Traducción donde estaban las chicas más guapas y de donde egresan profesionales muy solventes en el rubro de la traducción e interpretación.

Adicional a la labor académica de las facultades se ve ahora un ambiente que bulle de cultura, actividades artísticas y deportivas, viajes, exposiciones, ponencias y eventos de los más diversos (como se aprecia en El Dominical de El Comercio). Me sorprendió también muy gratamente la actividad editorial que la universidad expuso en la Feria del Libro (coincidentemente también llamada "Ricardo Palma"). Un libro que puede mostrar la línea positiva de su Fondo Editorial es De esto y aquello (Marco Aurelio Denegri, 2006, ISBN 9972-236-16-1). Otra interesante muestra del interesante perfil cultural son los auspicios que brinda la universidad, como el realizado a Radio Filarmonía.

Así como se ve y se siente, la Ricardo Palma está aportando para hacer país. Lo hace en los rubros del quehacer académico que hoy en muchos casos está muy cerca de la labor productiva, social, económica y política del país. Por todo esto y por lo que se sigue esperando de tan querida institución saludo a mi Alma Mater deseándole que siga por la senda del éxito.



Vista de la Torre de la URP desde el Parque de la Amistad


FELIZ CUADRAGÉSIMO ANIVERSARIO